Reflexiones sobre la Cumbre de Líderes de América del Norte: Los dos AMLOs
22 noviembre 2021 Dr. Gerardo Traslosheros
¿Dónde está la 4T, con Norteamérica o con la izquierda bolivariana? Todo indica que existe una bipolaridad en materia de política exterior. Por un lado, se le da la bienvenida a China en el CPTPP y por otro se propone hacer una fortaleza en Norteamérica para contener a China, el gran rival de EU. Se recibe con honores al presidente cubano frente al ejército mexicano y se rinde pleitesía a los líderes de Estados Unidos y Canadá.
En la 4T prevalece la percepción de que hay un cambio geopolítico profundo a nivel global que favorece a China, la que será la potencia dominante en algunos años, en la que Xi Jinping se vuelve un líder todo poderoso. Eso haría que a nivel global se imponga el autoritarismo y se debilite la democracia. Putin y la ultraderecha global se esfuerzan por debilitar a la Unión Europea y a Estados Unidos, buscando influir en sus procesos internos, mermando sus instituciones democráticas. El acercamiento a China y Rusia de la 4T es claro, incluyendo el delicado tema de las vacunas aplicadas a millones de mexicanos que no han sido autorizadas por la OMS, a pesar de los reclamos de México. En México está a todo vapor una carrera sucesoria en la que en el fondo lo que busca AMLO es la continuación de su proyecto transformador (regresor más bien). China tiene una visión de largo plazo y AMLO también, simulando que está con Norteamérica, pero la realidad es que solo lo está en lo que le es conveniente en el corto y mediano plazo.
El verdadero AMLO no oculta su animadversión contra lo (neo) liberal y la libre empresa, buscando regresar a México a los años 70 que añora, de autoritarismo y petrolización. Es profundamente conservador, pero se define liberal. El interés de AMLO es acabar con las instituciones (neo) liberales autónomas como el INE o el INAI, y perseguir a quienes no piensan de manera similar como lo muestra su acoso a la UNAM o del Conacyt a investigadores y centros educativos.
AMLO utiliza la no intervención de manera caprichosa, metiéndose en las elecciones americanas visitando a Trump cuando la elección presidencial de Biden y rehusándose a felicitarlo hasta el último minuto. Ahora interviene apoyando una reforma migratoria que beneficiará a millones de mexicanos que viven en la ilegalidad en Estados Unidos, lo que le asegurará votos y divisas a través de las crecientes remesas, que ayudan a mantener al peso relativamente estable y a dar ingresos a las familias que cada vez más caen en la pobreza y sufren por la falta de empleos bien remunerados y servicios, viviendo en la informalidad. México se está convirtiendo en una fábrica de pobres por lo que se requiere que los paisanos se vayan a trabajar a EU.
Americanos y canadienses saben con quien están lidiando, pero prefieren negociar y ver hasta donde es posible encauzar al “amigou” del sur para satisfacer sus intereses por las buenas, como son competitividad regional, democracia y medio ambiente, temas con los que el verdadero AMLO no comulga.
Hablar de integración continental de parte de AMLO es demagógico cuando fue la izquierda bolivariana la que mató al Acuerdo de Libre Comercio de la Américas (ALCA) y cuando un acuerdo tipo Unión Europea no sería aceptable para los socios norteamericanos por que incluiría la movilidad laboral. Si Estados Unidos quiere que México cumpla con el TLC, debe cumplirlo también. México exige junto con Canadá con toda razón que se cumpla con lo pactado en reglas de origen automotriz, que Estados Unidos reinterpreta para endurecerlas aún más, a la vez que da incentivos fiscales violatorios del TMEC al consumo de autos eléctricos en su país y utiliza el programa “compra estadounidense” (Buy American) como herramienta proteccionista.
Mientras tanto, la violencia en México se magnifica y sus consecuencias en EU son terribles con cien mil muertes por sobredosis de fentanilo anuales. Mayor cooperación con México en seguridad y migración se vuelve indispensable para Estados Unidos y AMLO utiliza sus fichas para ganar tiempo e imponer sus intereses. Habrá que seguir con detenimiento lo que sucede en Norteamérica y sus repercusiones a nivel regional y globa.