La confirmación del nombramiento del Embajador Ken Salazar como el nuevo representante de los Estados Unidos de América en México por parte del Congreso estadounidense a propuesta del Gobierno del Presidente Joe Biden, representa una importante noticia para ambos países, cuando se ha intensificado el contacto entre autoridades de primer nivel de gobierno en ambos países.

La llegada del Embajador Ken Salazar a México en periodos de nuevas orientaciones de las políticas exteriores mexicana y estadounidense representa la posibilidad de una nueva gestión de los asuntos comunes relacionados con las gobernanzas regionales.

Ocurre cuando se cuenta con datos más precisos de los censos en ambos países, que demuestran lo importante que es la relación bilateral entre México y Estados Unidos, para las comunidades de cada país que residen en el otro, para las comunidades binacionales, para quienes realizan actividades en ambos países, para asuntos como la atención a desastres, la movilidad y la pandemia, o la recuperación económica.

Cuando se confirma que en los dos países sus habitantes se reconocen con una identidad multicultural de raíces diversas, los últimos censos reflejan que se ha alcanzado el número de 126 millones para la población mexicana; mientras en los Estados Unidos la población con mayor crecimiento es aquella que reconoce más de un origen o pertenencia en identidad, destacando la hispana/latina en una población de 332.5 millones.

El momento es muy propicio para los siguientes años entre ambas administraciones, la mexicana y la estadounidense, para atender los asuntos que demanda la situación global; a tiempo y con tiempo para abordar de forma ordenada la agenda de coyuntura, de mediano y largo plazo. Para fortalecer la relación en todos los ámbitos, con conocimiento de las dificultades comunes que se aborda gradualmente en diálogos y acuerdos, como ha sido la tradición; con cordial franqueza en las comunicaciones.

El Embajador Ken Salazar es originario de un estado fronterizo con al norte mexicano y cuenta con experiencia previa en la gestión federal y nacional que facilitará la comunicación intergubernamental e interinstitucional en estos años por venir; es también reconocido por las comunidades latinas en el estado de Colorado, por ser hablante del español y por su preocupación por los asuntos ambientales.

Ambos países reportan fuertes avances en la comunicación y abordaje de la agenda común. Mientras hay adecuaciones a las políticas exteriores de ambos países, la distinción de políticas se deja ver, por lo que el diálogo fortalecerá las opciones de solución en aquellos asuntos que puedan ser claves para el avance de la relación.

Campo hay para la comunicación y acuerdos para nuevos enfoques con el reto de la consolidación de la relación bilateral, siendo el reto el fortalecimiento de la comunicación entre los primeros: gobernanzas regionales en asuntos de interés común, diálogo sobre temas comunes y diferencias en el entorno global, los asuntos relativos a los asuntos interamericanos, la Cumbre de las Américas 2022; sin olvidar la paz y seguridad internacionales en este momento en el que ambos países coinciden en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y los retos globales en la próxima cumbre del G20, el grupo de países más desarrollados a nivel mundial.