Instan en foro de UDLAP a atender alertas para evitar catástrofes

Si no entendemos la lección que nos está dando el planeta y podemos acabarnos el mundo antes de que lleguemos al 2100, advierte Carlos Ramírez

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15 mayo 2020 Excelsior

El Foro Económico Mundial define un riesgo como  aquel que por su naturaleza e impacto de interconexión, de materializarse, generaría un daño extendido con alcance mundial, creando incertidumbre, impacto económico, impacto público y múltiples implicados.

A pesar de este mapa de alertas “lo curioso es que los especialistas en seguridad de todo el mundo no advertimos de manera clara lo que iba a suceder en 2020. No se logró advertir claramente dónde se encontraba de manera puntual el tema de la pandemia”.

Carlos Ramírez Acosta, director de Prisma Consulting Latinoamérica, expresó lo anterior en su calidad de experto en manejo de seguridad en todas sus vertientes durante el webinar “Continuidad y plan de crisis”, celebrado por la UDLAP.

Agregó que si bien  “hasta antes de esta pandemia, sabíamos que cada año más de 200 millones de personas resultan afectadas por desastres naturales y por factores como la pobreza extrema, la sobrepoblación con más de ocho mil millones de habitantes. La propia Organización Mundial de la Salud ha señalado que el planeta sólo le puede dar soporte a cuatro mil millones de personas. Estamos en el doble. Con  la pandemia los casi 8 mil millones estamos viviendo esta clase de desastre, mencionó.

No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo, escribió Albert Einstein, y nosotros, seguimos haciendo lo mismo contra nuestro entorno no obstante la pandemia actual”.

En el webinar “Continuidad y plan de crisis”, celebrado por la UDLAP, Jenkins Graduate School, en el marco del ciclo de reflexiones alrededor de la pandemia del Covid.19, Carlos Ramírez enumeró los riegos que el Foro Económico Mundial ha clasificado como una forma de prevención a nivel global:

“Cuando se habla de riego mundial, debemos considerar que es un desastre ataca al menos en dos continentes, afecta a tres o más industrias de impacto primario como el sector energético, por ejemplo; que se mantenga en el tiempo por diez años; que el potencial económico pierda sobre diez mil millones de dólares; que se acreciente el sufrimiento humano, que es lo que me parece muy importante, porque incluso en los propios hogares con el Covid-19 ahora hay mucha afectación. También debe considerarse que se requieran múltiples actores para la atenuación de riesgos y control de daños: gobiernos, sectores público y privado y los propios ciudadanos”.

Criminólogo, participante en foros nacionales e internacionales, Ramírez Acosta dijo que en este webinar quiero destacar los riesgos mundiales desde 2011 cuando hubo una gran recesión.

En 2012 el Foro Económico Mundial consideró como riesgo la Desigualdad social. Ya en 2013 fueron los Riesgos ambientales; el desempleo estructural en 2014. Las crisis hídricas en 2015.

Para 2016 el calentamiento global se marcó como el tema preponderante, y en 2017 el Populismo y la poca credibilidad en las instituciones. En 2018 la persistencia de la injusticia social. El año pasado fueron Los ciberataques y el robo de datos.

Para este año el riesgo previsto era el estancamiento económico. Para 2021 se advierte la crisis del agua, y las guerras intestinas que se van a desatar por su escases. Pero yo veo venir una crisis alimentaria, y un alto nivel de desempleo. Los suscriben la ONU y la FAO.

Finalmente, el también catedrático de la UDLAP Jenkins Graduate School, dijo que lo que se anticipa como riesgos globales “son confrontaciones económicas, polarización política interna, olas de calor extremo, destrucción de ecosistemas y ciberataques a infraestructura.

En situaciones extremas, si no entendemos la lección que nos está dando el planeta en estos momentos tenemos un desastre que puede escalar a una catástrofe en pocos años, y llegar a un cataclismo que es una dimensión mayor y podemos acabarnos el mundo antes de que lleguemos al 2100.

Ya existen bastantes indicadores que lo han señalado. Hay catastrofistas que lo anticipan a 2050. Yo prefiero reflexionar y no estar en algún extremo. Debemos tomar mejor decisiones trascendentes. Considerar que un síntoma repetido se convierte en un síndrome. Debemos ser expertos en alertas, porque son preventivas, no expertos en alarmas, que ya implican la puerta de una crisis”.

“Estamos viviendo todos esta experiencia tan especial, que debemos recordar que en las crisis es donde aflora lo mejor de cada uno, porque la peor crisis es la tragedia de no luchar por superarla. La falta de unión y generosidad entre los seres humanos nos está llevando a lastimar la única casa que tenemos,  que es nuestra propio planeta”.

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